El Dios del Amén (Is 65, 16) constituye una Comunidad del Amén, un grupo amado y sostenido por el Señor a través del tiempo y de las vicisitudes más diversas. En este Resto de Israel se expresa de modo significativo el núcleo de la alianza sinaítica. Es en ella donde este Resto debe fundar su identidad y realizar la misión que se le ha encomendado: testimoniar y ofrecer la salvación de Dios a todas las naciones.
Un estudio sobre el Resto de Israel tiene hoy una especial relevancia, pues ayuda a entender y asumir desde claves nuevas la situación de las Iglesias cristianas que, sobre todo en Occidente, se están configurando como «resto» y fermento dentro de la sociedad.