Sus héroes son solitarios de frontera, de gatillo fácil, pocas palabras y destino incierto, condenados a caer disparando en el bando de los derrotados; y quizá no sepa hasta qué punto es ésa la imagen que tenemos de él sus amigos. Francisco Segarra ?Paco, Pakez para los admiradores, el Coronel para sus fieles? es una voz que clama en el desierto de la modernidad, aunque cambia feliz la miel silvestre por un buen lingotazo de Justerini&Brooks; un viejo profeta de los de antes del que a veces sospecho que ama tanto la contradicción como la pelea. Es el niño que grita en el desfile que el rey está desnudo, pero con el añadido, ajeno al cuento, de que le da después una buena tunda en las regias posaderas. El mundo tiene ya demasiados opinadores de baratillo, demasiados ideólogos de tres al cuarto y exquisitos pisaverdes que agotan el papel de fumar en cada columna. El mundo necesita como el comer voces como la de Paco, que no cincelen y pulan cada palabra antes de lanzarla, porque hay locuras que piden más un rugido o una bofetada que mil alambicados argumentos. Diría, en fin, que hoy nos urge contar con un ejército de Pacos, pero me contengo: Segarra combate mejor en solitario. Gracias.» Carlos Esteban. La Gaceta.