La derrota de Holanda en el Mundial de fútbol ante España en 2010 es vivida como una ofensa por Joost van der Linden, un empresario nostálgico de la gloria del imperio holandés, que no oculta su racismo contra los españoles. Linden, con sus socios Sloterdijk y Toorn, está al frente de una corporación llamada Orange, en honor al monarca que se rebeló contra las tropas de Felipe II, construida con el fin de desacreditar a España y enriquecerse atacando acciones de bancos que no pasan por su mejor momento para benefificiarse del alto interés de la deuda pública.
Para manchar la reputación del país, recurren al soborno de autoridades universitarias, corresponsales de prensa, e incluso al crimen. Pero entonces tropiezan con Ellen, una joven que viaja a España para ayudar a entrenar a la selección de hockey, y que no se quedará de brazos cruzados. Gracias a la ayuda de un grupo de periodistas y profesores, Ellen consigue poner contra las cuerdas a la organización, sacando a la luz los trapos sucios de la alta conspiración financiera.