"Para Strauss la modernidad sólo ha servido para introducir la confusión en el paradigma de la teoría política clásica antigua, cuya transparencia es subrayada en los muchos comentarios de autores antiguos. [...] Lejos de reconocerse irracionalista, Strauss se presenta no obstante como adalid del racionalismo antiguo."
Enrique Lynch, 'El País', Babelia, 28 de febrero de 2005.