La cautiva:
??¿No puedo conocer en secreto tus pensamientos?
?Ya te he dicho que he de madurarlos en mi cerebro ?se dirigió a la puerta?. Disponlo todo para ir a buscar a Kelly a París. Puedes estar de regreso a mediados de semana.
?Oye, Jack... He visto nacer a la niña, he visto morir a sus padres. La he criado yo, como tú sabes, y la niña me tiene cariño.
?¡Y a mí qué me importa todo eso! No soy un sentimental, Mey. Estamos viviendo, no jugando a vivir.
?Pero es que presiento que lo que tú piensas no va a favorecer nada a Kelly.
?Al contrario, querida mía. Estimo que la favorecerá extraordinariamente, si bien tendrá que ser muy bella para lograr los fines que me propongo.?