Con la muerte de D. Juan de Zúñiga, último maestre de la Orden de Alcántara, el partido de la Serena tomó su plena configuración al crearse la figura del gobernador de estos territorios, que cumpliría funciones políticas, administrativas, judiciales y militares; la otra autoridad, la religiosa, residía en la dignidad del prior de Magacela. Ambas instituciones, desde principios del siglo XVI hasta finales del XIX en que las órdenes Militares fueron extinguidas, establecieron su sede en la capital del partido, Villanueva de la Serena.
Este libro se centra en un recorrido ampliamente documentado de lo que fue la historia de los edificios desde los que la Orden de Alcántara ejerció el poder, la casa de la gobernación y la cárcel real en lo civil, y la casa prioral en lo espiritual. De aposento eventual del rey Felipe II a las consecuencias del terremoto de Lisboa de 1755 y de la invasión francesa, distintas reformas y reedificaciones marcarían unas construcciones que aún hoy se conservan, salvo la de la cárcel que fuera demolida en el primer tercio del pasado siglo XX.