Sarah Anderson es una abogada de éxito. Con sólo treinta y ocho años ha conseguido prestigio profesional y convertirse en socia de un reconocido bufete de San Francisco. No obstante, en su vida personal no ha disfrutado de la misma suerte, ya que la obsesión por su carrera la ha llevado a descuidar todo aquello que le reportaría la verdadera felicidad. Su relación con Phil, no le causa más que continuas frustraciones. Él huye de los compromisos y tan sólo se ven los fines de semana, lo que no le permite entablar una relación más sólida y gratificante.
Por eso Sarah pasa los días sola en su pequeño e incómodo apartamento... hasta que su cliente favorito, un anciano millonario, le legua una cuantiosa suma de dinero al fallecer y, con ella, la posibilidad de adquirir la inmensa mansión en la que él residía.
En esa casa le esperan muchas sorpresas a Sarah: una emotiva historia familiar, la felicidad que provoca ver cumplido un sueño... y ese amor con el que siempre había soñado.