El ficticio pueblo vasco de Eibain, en el que con el tiempo la irracionalidad del terror ha sustituido los intentos de justificación ideológica de la barbarie presentes en "Lectura insólita de El Capital" es el lugar donde RAÚL GUERRA GARRIDO sitúa la acción de LA CARTA (1990). El día que cumple cincuenta años, el industrial Luis Casas, vasco por decisión personal, recibe una carta de una organización terrorista en la que se le exige el pago de cincuenta millones de pesetas. El terror, el aislamiento y la creciente obsesión lo llevarán no sólo a la destrucción, sino a la paradójica situación de acabar siendo instrumentalizado como héroe y víctima por sus verdugos.