Argumento de La Canción del Viento
En cuanto a la poesía, quizás a un espíritu más bien sintético como el mío, con independencia del tema, y de sus valores lírico pedagógico metafísicos, la poesía dice mucho con pocas palabras, sin la mayor o menor holgura expositiva necesaria en la prosa; lo que no empecé para que haya dedicado a la prosa tanto tiempo como a la trova. Por lo que hace al trabajo con el que me gané la vida, además de que jugármela era el pan nuestro de no pocos días, diré que he sido como una versión hispana del Dr Jeckill y Mr Hyde, sin que supiera bien quién de los dos era en cada momento el escribano de versos y quién el técnico. Simplemente, la poesía, la mía y la ajena, la he sentido siempre como una especie de necesidad en cualquier momento y lugar, al nivel del mar o a cuarenta y cinco mil pies; como en los tiempos que corren o más bien que galopan , otros especímenes sienten la necesidad compulsiva de visitar cada asentamiento humano del planeta que tenga al menos cien individuos empadronados, y comprar luego una camiseta con el nombre del lugar en letras de respetable tamaño.1En cuanto a la poesía, quizás a un espíritu más bien sintético como el mío, con independencia del tema, y de sus valores lírico pedagógico metafísicos, la poesía dice mucho con pocas palabras, sin la mayor o menor holgura expositiva necesaria en la prosa; lo que no empecé para que haya dedicado a la prosa tanto tiempo como a la trova. Por lo que hace al trabajo con el que me gané la vida, además de que jugármela era el pan nuestro de no pocos días, diré que he sido como una versión hispana del Dr Jeckill y Mr Hyde, sin que supiera bien quién de los dos era en cada momento el escribano de versos y quién el técnico. Simplemente, la poesía, la mía y la ajena, la he sentido siempre como una especie de necesidad en cualquier momento y lugar, al nivel del mar o a cuarenta y cinco mil pies; como en los tiempos que corren o más bien que galopan , otros especímenes sienten la necesidad compulsiva de visitar cada asentamiento humano del planeta que tenga al menos cien individuos empadronados, y comprar luego una camiseta con el nombre del lugar en letras de respetable tamaño.