Movido por el pesimismo y el desconcierto provocado por un horizonte a su juicio poco alentador, Anderson en ocasiones esboza teorías que a día de hoy resultarán cuanto menos curiosas sobre el futuro del mundo del trabajo, las relaciones entre hombres y mujeres, el compromiso social de los artistas o la capacidad del ser humano para «salvarse a sí mismo».
A caballo entre la crónica periodística y el relato, los doce artículos que componen «La canción de las máquinas» son un compendio de las debilidades humanas ante el imperio de la técnica, en los que su autor expone los dolores de una generación desorientada por el advenimiento de un mundo desconocido. Como él mismo sentencia en la obra: «la industria moderna es como la guerra. Es la guerra. El individuo carece de valor».