Ya nadie sabe con certeza donde se encontraba la legendaria ciudad de Aim o en que época transcurrió su historia. Ni siquiera los más entendidos cronistas se ponen de acuerdo en los motivos y causas por las que la mítica urbe desapareció. Eric fue funcionario público al servicio de la ciudad y prestaba servicio en sus más elevados órganos de gobierno cuando aconteció su caída. Espectador por tanto privilegiado de sus últimos momentos, narra aquí en tono irónico, no exento a veces de melancolía, lo que en realidad ocurrió. ¿Desapareció la ciudad de Aim por un terremoto?¿Tal vez atacada por un enemigo?¿Acaso por la ineptitud de sus gobernantes?¿O quizás por la inconsciencia de sus ciudadanos?