Crecer no es tarea fácil en ningún momento de la vida, pero lo es menos todavía en la etapa en la que exige un drástico cambio: en la adolescencia. Ese es el momento de abandonar el terreno seguro y protector de la infancia y pasar a ser uno mismo, tomando las propias decisiones. José María Guelbenzu describe ese difícil proceso de maduración en esta sugerente e intrigante narración. Pedro debe convertirse en adulto y para ello tiene que tomar decisiones por sí mismo y lo hace a través de dos procedimientos tan habituales y necesarios como llenos de dificultad: enfrentarse al padre y asociarse a compañías de su edad. Las compañías elegidas no son muy recomendables y por eso se ve metido en obstáculos que exigen de él un esfuerzo especial, convirtiendo el camino de la maduración en un recorrido más penoso de lo previsto. Tanto que necesitará ayuda...