Fátima se siente como una detective privada. Su ídolo es Sherlock Holmes y, como él, solo espera investigar algún caso interesante. Por fin encuentra la ocasión, cuando se lleva a cabo un robo en la biblioteca. Claro que ella sola no puede, debido a que de la banda es la que menos libertad de acción tiene y que, debiendo ayudar a su madre, sobre todo después del nacimiento de su hermanito, tiene menos tiempo libre para corretear a la búsqueda de pruebas por todo el pueblo. ¡Por suerte están sus inseparables amigas!