Argumento de La Bala y la Palabra
Francisco Ascaso, sin ningún género de dudas, una de las más renombradas, y, a la vez, menos conocidas figuras del universo libertario ibérico.
La información sobre su apasionante y desconocida vida siempre ha estado reducida a los escasos y contradictorios datos que pueden entresacarse de las autobiografías raramente objetivas de sus compañeros de militancia.
Entró en contacto con el poderoso ideario ácrata en la ciudad de Zaragoza, donde fue encarcelado injustamente durante dos años por el asesinato de un periodista en el que no tuvo ninguna participación.
Una vez en libertad se tomó la revancha cuando, ya formando en las filas de Los Solidarios, acabó con la vida del cardenal Juan Soldevila, bastión de las posturas ultraconservadoras en el seno de la Iglesia española.
Detenido al cabo de pocos días se fugó de la cárcel y buscó refugio en Francia, país desde el que, junto a Durruti y otros compañeros, atravesó el Atlántico para emprender un increíble periplo que a través de media América les llevaría desde Cuba hasta Argentina, actuando por un igual como agitadores de masas o como expropiadores de bancos.
De vuelta a Francia, un intento fallido para acabar con la vida de Alfonso XIII les llevó a dar con sus huesos en Bruselas, deportados por las autoridades galas tras un tortuoso proceso judicial que no pudo imponerse a una impresionante campaña internacional de apoyo.
Francisco regresó a la nueva España republicana convertido en una figura política de primer orden y durante esos años compaginó su trabajo en el grupo Nosotros con su cargo de secretario general del Comité Regional de Cataluña de la CNT.
Su faceta pública nunca le impulsó a renunciar a su papel como hombre de acción y no dudó en implicarse a fondo en las insurrecciones de enero y diciembre de 1933.
Las autoridades no perdonaron su presente ni olvidaron su pasado, por lo que fue víctima de torturas, cárcel y hasta deportación en las colonias africanas.
Murió el 20 de julio de 1936 cuando luchaba al frente del pueblo en armas ante el cuartel de Atarazanas, el último obstáculo que le separaba de la victoria y del inicio de la Revolución por la que tanto había entregado desde su primera juventud.
Este trabajo, primera monografía extensa sobre la formidable aventura de su vida, saca a la luz nuevos detalles en torno a su figura, resuelve algunas contradicciones historiográficas y arroja luz sobre una personalidad digna del mejor guión cinematrográfico.1