El libro del Génesis se refiere a una extraña serpiente que no sólo habla, sino que además es muy astuta. Tanto que es capaz de engañar y seducir al ser humano para que rompa, nada menos, que con Dios, aquel que le había regalado la vida y le había colocado en un jardín maravilloso en el que se encontraban todo tipo de bienes. Esta conocida historia ha dado origen a una doctrina, la del pecado original, que hoy ha perdido el crédito teológico que tuvo en otras épocas. Y, sin embargo, bien entendida, esta doctrina plantea una pregunta decisiva: ¿dónde pongo yo mi corazón?, ¿dónde está mi tesoro?, ¿quién merece mi confianza? Esta pregunta nos invita a no perdernos en el follaje del pecado y a ir a las raíces del árbol. La obra de Martín Gelabert busca hacer creíble esta doctrina a nuestros contemporáneos.