En La ascendencia nos reencontramos con el tono narrativo de la primera novela de Alexandre Postel, Un hombre al margen: implacable e irónico, que da a la narración la forma de una tragedia. El sentimiento de culpa, muy presente en el texto, genera una atmósfera turbia e inquietante: hasta la última línea, el lector dudará entre la empatía, la rabia y el horror.