A estas preguntas y a lo que esconden detrás trata de responder el presente libro. Es una cuestión urgente: en muchos ámbitos se acusa hoy a las religiones de fanatismo o intolerancia, y no siempre se trata de acusaciones infundadas.
En una sociedad de hecho pluralista, es importante que los cristianos reflexionen sobre su modo de actuar pasado y su actitud de hoy, sobre las ideas que han expresado y expresan, sobre cómo los ven los no-cristianos. De ello depende tanto la posibilidad de diálogo con éstos como la promoción común de la justicia y de la verdad; en definitiva, el futuro de nuestras sociedades y la credibilidad, en ellas, de los valores espirituales.