En la medida que el ser humano ha ido evolucionando, ha variado paulatinamente su concepción del mundo, de la vida y del hombre. Ahora, nuevamente, debemos ser capaces de adoptar una nueva visión de la realidad, una concepción más global, respetuosa, tolerante y solidaria, que nos permita interpretar -en armonía con las demás formas de vida existentes- nuestra legítima partitura en la «divina sinfonía de la creación». Desde el principio de los tiempos, hemos interrogado a la Naturaleza buscando una respuesta coherente a los porqués de la vida y de nuestra propia existencia. La historia de esta épica «búsqueda interior» enmarca los apasionantes capítulos de una sublime epopeya, en la que todos somos en mayor o menor medida sus verdaderos protagonistas, pues se trata ni más ni menos, que de «la gran aventura del conocimiento».