Jesús no dejó nada escrito. Únicamente, en una ocasión, hizo unos trazos en la arena, pero cualquier palabra confiada a ella acaba borrándose inexorablemente, lo cual de alguna manera prefigura qué ha podido ocurrir con su mensaje original.
Basándose sobre todo en la Peshitta, la versión aramea de los Evangelios que todavía utilizan los cristianos de Irak, Siria y el Líbano, Éric Edelmann nos propone un apasionante viaje al corazón de las enseñanzas originales de Jesús.
Lo que se ha convenido en llamar el trasfondo semítico de los Evangelios (las dos lenguas hermanas, el hebreo y el arameo) constituye un pilar esencial para comprender el mensaje de Jesús y profundizar en él. Cada día son más los especialistas que opinan que Jesús hablaba arameo y que sus palabras han sido, deliberada y conscientemente, tergiversadas para adaptarlas a las necesidades de una religión al servicio de Roma.
Las enseñanzas de los Evangelios no son un mensaje moral y difuso, sino que constituyen un auténtico manual de vida interior. El autor las repasa y actualiza, alimentando la fuerza de su legado al mismo tiempo que nos devuelve la palabra perdida de Jesús.