Esta cuestión plantea problemas muy serios y de la más rica enjundia. Dado que la doctrina cristiana se creó y se difundió en sus inicios oralmente y luego fue fijada y transmitida por escrito, sólo la filología (no la filosofía, la teología ni la historia) está llamada a responder a estas serias cuestiones con rigor científico.
Álvaro Borghini penetra en la maraña de variantes textuales que impregnan los textos evangélicos y detecta aquéllas que demuestran ser las más antiguas como para captar las innovaciones textuales y doctrinales que, desde la fase más antigua de la tradición evangélica, fueron invadiendo el texto originario hasta terminar por crear en los primeros años del siglo I d. C. un sistema doctrinal nuevo, sustancialmente inalterado hasta los tiempos actuales.
Este libro tiene su compañero de viaje natural e ideal en el lector y el estudioso que, ajeno a gustos, aversiones, intereses, juicios y prejuicios, va en busca de la verdad salvífica, dispuesto a cambiar, si fuera menester, su dulce error por una certeza amarga, su mentira sedante por una verdad inquietante.