Isaiah Berlin nunca quiso escribir su autobiografía - "No me considero un tema de reflexión lo suficientemente importante o interesante"-, dijo en una ocasión. Pero para muchos era justamente lo contrario: no sólo era uno de los principales filósofos liberales de este siglo, sino que su propia vida fue una vívida y apasionante crónica de nuestro tiempo.
A lo largo de su vida, Berlin (1909-1997), formado en tres grandes tradiciones - rusa, judía y británica- fue testigo de las principales corrientes del siglo. Nacido en Riga (Letonia) en 1909, vivió de niño la revolución rusa en San Petersburgo y cuando tenía once años se trasladó a Londres con su familia. Gracias a su gran capacidad de adaptación, obtuvo una beca para estudiar en Oxford, donde se relacionó con los más brillantes pensadores de su generación. Durante la || Guerra Mundial estuvo en el centro neurálgico de la diplomacia angloamericana y formó parte del cuerpo de la embajada británica en Moscú; allí surgió su amistad con Boris Pasternak y Anna Ajmátova. Tras la guerra, y de vuelta en Oxford, Isaiah Berlin puso en marcha su obra sobre la historia de las ideas y del pensamiento nonocentista ruso, mientras sus programas de la BBC lo hacían popular en todo el Reino Unido.
Michael Ignatieff ha recogido en este libro la primera biografía autorizada de Berlin, fruto de las conversaciones que mantuvieron durante la última década de su vida. Un trabajo de admirable identificación con su protagonista, donde el lector percibe todo el sentido del humor de Berlin y recupera, como viviéndolos, los recuerdos del maestro. Sus encuentros con Virginia Woolf y Wittgenstein, sus momentos de inspiración y de duda, su talento para gozar de la vida.