Miguel se considera un hombre hecho a sí mismo, triunfador, merecedor de todos los placeres que la vida pone a su alcance. Sus días transcurren entre el trabajo y las bellas mujeres a las que toma y deja a conveniencia. Tal es su egocentrismo que sólo cuando la casualidad lo lleva a conocer a la enigmática Irene, el mundo cobra para él un nuevo sentido, pues en su obsesión por conseguirla, ve el vacío que encierra su propia alma. Un relato intenso y directo con el que Ana María Ribes Crespo te robará el corazón.