Este texto nace de la necesidad, en la enseñanza de un curso de historia del derecho y antes de comenzar el programa de esa disciplina, de situar a los estudiantes ante las especificaciones y complejidades del conocimiento histórico. Tal necesidad se debe a la evidencia de que el sentido común teórico (que los estudiantes traen consigo) acerca del significado de la historia, en cuanto saber que mira al pasado humano, está cargado muchas veces de una visión estrecha y paralizadora de la historia.