Hoy día son frecuentes, excesivos, los Reales Decretos Leyes que responden, o tratan de responder, a la crisis económica y, con élla, al desempleo masivo, a la precariedad laboral, al desarrollo incontenido de la temporalidad y/o del trabajo a tiempo parcial. Es objetivo permanente el logro de la conciliación de la vida laboral y familiar y, con él, el saldo de la deuda histórica con la mujer trabajadora. La búsqueda de un Derecho Vivo del Trabajo lleva a la cita de las resoluciones de los distintos Tribunales de la Justicia Laboral, desde el extinto Tribunal Central de Trabajo, cuya función creadora nunca será lo suficientemente agradecida, hasta los más recientes pronunciamientos de los actuales Tribunales Supremos: el que lleva legítimamente ese nombre; el Tribunal Constitucional y, en su caso, el de Justicia de la Unión Europea (TJUE) y el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos (TEDH). Una relación de pronunciamientos judiciales sobre temas vivos del Derecho del Trabajo, con su orden cronológico y su índice temático, pone de manifiesto que las forzadas, cuando no superpuestas, ¿reformas laborales¿, en especial su capítulo de reducción de costos y salarios, han motivado una enorme litigiosidad que ha puesto a prueba la eficacia de la norma legal (estatal y/o autonómica) y el alcance de la autonomía colectiva; y, a la vez, la constitucionalidad del recurso al Decreto Ley, estatal o autonómico. En fin, se reitera la atención que merece la presencia creciente del trabajador autónomo, tanto por respeto a su condición humana como, a la vez, a su virtud social en cuanto creador de empleo como titular de las empresas mínimas que dominan el espacio económico de España. El apunte estadístico que se agrega en Anexo es revelador.