La familia de David va de vacaciones a Camboya. Al llegar a la mítica capital del imperio jemer, sus vidas corren peligro: parece que alguien quiere evitar que descubran una importante operación relacionada con el robo una de las enormes cabezas de piedra de la ciudad antigua. Conocen a un arqueólogo noruego que resulta ser el cabecilla de un grupo de ladrones. Al verse desenmascarados por los tres hermanos, la banda trata de evitar ir a la cárcel, por eso secuestran a los niños y los tiran en medio de unos cocodrilos para que sean devorados. Afortunadamente, son liberados a tiempo y los ladrones atrapados por la policía.