En esta ocasión, Moebius vuelve con su juego de planos sobre realidad y fi cción, al tiempo que sus personajes vagan, sin guión, por el inmenso Desierto B. En la última parte de este tomo, el guión se inclina hacia una pausa silenciosa donde las visiones oníricas se precipitan para llegar a una especie de agotamiento vibrante donde surge el punto fi nal, un último salto fi el a la tradición moebiusiana.