De un modo similar, el español, la lengua española, reviste las características propias de un recurso cuya valorización económica depende de cómo se articulen en torno a él un conjunto de variables tecnológicas, sociales y económicas. Por ello, desde hace algún tiempo se viene hablando del español como recurso económico o d e la dimensión económica del español. La naturaleza de la lengua, en general, y del español, en particular, como recurso económico manifiesta unas especificidades que pueden otorgarle un papel importante en los procesos económicos.El primero y más conocido, es la contribución económica por medio de lo que se viene denominando la industria de la lengua. Dentro de ésta, dos componentes importantes son la industria editorial y las actividades de formación y enseñanza del español o a través del español. El segundo papel, menos conocido e igualmente importante,es el de ser una lengua de comunicación en el mundo de los negocios a nivel internacional. Se trata de un papel que puede ser clave en los procesos de Internacionalización de las empresas. Y, la internacionalización en el estado actual de los negocios y del mundo, adquiere cada vez más la naturaleza de imprescindible para muchas organizaciones empresariales o no. La entrada en nuevos países es siempre una fuente de oportunidades y de incertidumbres, al tiempo que obliga a las organizaciones a desarrollar sus capacidades y recursos.