La Historia ha mostrado cómo las infraestructuras bien concebidas fueron capaces de adecuar armónicamente la capacidad de un territorio y los requerimientos del desarrollo de una sociedad. El alejamiento progresivo de esa premisa ha llevado, demasiado a menudo, a una ingeniería megalómana, sin límites, que ha producido en amplios sectores de la sociedad una actitud de rechazo, transformada demasiado fácilmente en conservadurismo y negación del cambio. Pero Ingeniería y Ecología están llamadas a entenderse, porque ambas son ciencias del cambio y de la adaptación. Por eso, este libro responde a un intento de acercar los planeamientos con los que los ambientalistas y los ingenieros enfrentan en este momento la construcción del territorio y la consecuente alteración del medio ambiente.