María Elvira Roca Barea acomete con rigor en este volumen la cuestión de delimitar las ideas de imperio, leyenda negra e imperiofobia. De esta manera podemos entender qué tienen en común los imperios y las leyendas negras que irremediablemente van unidas a ellos, cómo surgen creadas por intelectuales ligados a poderes locales y cómo los mismos imperios las asumen. El orgullo, la hybris, la envidia, no son ajenos a la dinámica imperial. La autora se ocupa de la imperiofobia en los casos de Roma, los Estados Unidos y Rusia para analizar con más profundidad y mejor perspectiva el Imperio español. El lector descubrirá cómo el relato actual de la historia de España y de Europa se sustenta en ideas basadas más en sentimientos nacidos de la propaganda que en hechos reales.
La primera manifestación de hispanofobia en Italia surgió vinculada al desarrollo del humanismo, lo que dio a la leyenda negra un lustre intelectual del que todavía goza. Más tarde, la hispanofobia se convirtió en el eje central del nacionalismo luterano y de otras tendencias centrífugas que se manifestaron en los Países Bajos e Inglaterra. Roca Barea investiga las causas de la perdurabilidad de la hispanofobia, que, como ha probado su uso consciente y deliberado en la crisis de deuda, sigue resultando rentable a más de un país. Es un lugar común por todos asumido que el conocimiento de la historia es la mejor manera de comprender el presente y plantearse el futuro.
«De los libros que he leído recientemente, el más formidable es Imperiofobia y la leyenda negra . Un libro necesario. Ya sé que es un lugar común, pero, contrariamente a la mayoría de las veces en que se dice que un libro es necesario, en este caso es verdad». JUAN ABREU, El Mundo
«Con un armazón de datos encomiable, la autora explica qué episodios históricos generaron la propaganda hispanofóbica, que tuvo América y la Inquisición como puntales principales».
ISABEL GUERRERO, Málaga Hoy
«Elvira Roca levanta a pulso, de forma admirable, toneladas de papel de propaganda cernidas sobre la indolente España»
Del prólogo de ARCADI ESPADA