Entre abril y mayo de 1934, Manuel Chaves Nogales acompañará a una exigua fuerza expedicionaria española en la ocupación del territorio marroquí de Ifni, ordenada por el gobierno de la República. Situado en la costa suroeste, justo por encima del Sáhara occidental, Ifni era una posesión colonial hasta entonces no hecha efectiva y abandonada como \"uno de esos objetos valiosos que se apolillan en los desvanes\". Chaves Nogales ya había dicho en algún momento antes de esta singladura: «Marruecos es un hecho tan confuso que todo es posible.» Y efectivamente, mientras deja testimonio directo de lo que él mismo llama \"la última aventura colonial española\", en un magnífico y amplio reportaje para el diario Ahora, se hace evidente esa misma cualidad borrosa, de tópicos y contratópicos, de intereses opacos y gestos \"deportivos\" que parece inherente a la cuestión marroquí. /// La falta de peligro y el extraño clima de paz y concordia dan aires fantasmales y humorísticos al gesto colonizador y hacen que el propio Chaves se pregunte: «¿Es esto imperialismo?». Junto a algunos militares visitará toda la zona sin peligro. Realizará amistosas entrevistas a los jefes locales, tan llenas de humor como de respeto. Trazará un breve perfil del héroe del momento, el coronel Capaz, y de las riquezas y miserias del territorio. Sin embargo, a pesar de su sorpresa y alegría ante el carácter poco traumático y nada violento de la expedición, no dejará de advertir entre las diferencias de una «verdadera ocupación» y una simple «posesión simbólica del sitio». Y no podía saber nuestro lúcido autor en 1934 que pisaba el futuro escenario de la última guerra colonial española, el episodio de Sidi Ifni entre 1957 y 1958, otro hecho borroso y olvidado de nuestra historia reciente con el vecino marroquí, en la que aún colea hasta nuestros días todo el asunto, también bastante opaco y también presente en este libro del Sáhara occidental.