Cuando conocí vías de escape o diferentes suicidios, pude entender que no eran finales, eran inicios. No me salió sangre, me salieron flores. Y es que una vez muerto el dolor, nace la flor. ¿Alguna vez te has intentado cortar y de ahí has florecido?. Si es así, sigue leyendo. Si no es así, sigue leyendo. ¿¡Houston, estas preparada/o para no querer volver a leer otro libro más!?