Para abarcar todo el horizonte desde la planta 43 del Bank of China, perderse entre baratijas y nidos de golondrinas por los sinuosos callejones de Sheung Wan, cazar gangas y mirar escaparates en las boutiques de Soho, devorar humeantes cestas de dumplings en el ruidoso City Hall Maxims Palace, tentar a las suertes en los ostentosos casinos de Macao, o cotillear, entre té y pasteles, en el Peninsula Hotel...