4 de mayo de 1891. Sherlock Holmes desaparece en las cataratas de Reichenbach, llevándose con él a la muerte a su peor enemigo, el profesor Moriarty. Unos días más tarde, el apartamento del detective en el 221B de la calle Baker es saqueado por unos matones enviados por Mycroft Holmes, el hermano de Sherlock. Mycroft trata de destruir todas las pruebas de la locura de su hermano, causada, según él, por el abuso de las drogas, y que le ha arrastrado al suicidio.