«El paraíso no está en la tierra. Pero hay fragmentos. En la tierra hay un paraíso roto», escribió Jules Renard en su Diario. Las Historias naturales son fragmentos de ese paraíso roto. Como un cazador de imágenes, el autor observa con detenimiento antes de esbozar estos retratos breves, impregnados de humor y profundo lirismo, que configuran una suerte de bestiario medieval. Su fijación por la búsqueda de la frase mínima y la palabra exacta da como resultado estas estampas naturales, que inspiraron una bella composición musical de Maurice Ravel y que son, como el resto de su obra, lúcidas reflexiones sobre su tiempo. La presente versión parte de la edición de 1909, última publicada en vida del autor, ilustrada con veintidós litografías de Henri de Toulouse-Lautrec. «Renard conserva, sí, esa fuerza motriz de la gran escritura, que tensa y destensa los músculos faciales del lector, dilata o contrae sus pupilas, y de vez en cuando, con una súbita determinación, con un quiebro imprevisible, relampagueante, provoca un estremecimiento que recorre las vértebras.» Manuel Rivas