«Del mismo modo que los pájaros y aves agachan la cabeza cuando la sombra del halcón se proyecta sobre el campo, o las criaturas de la manigua se agazapan y estremecen cuando se deja oír durante la noche el bramido carraspeante del tigre, así se corrió el rumor entre los barcos del mundo activo de la negra maldición que recorría el océano.»