La historia de la Reina de la Mañana y de Solimán se inscribe en la tradición de la francmasonería como el momento fundacional de sus asociaciones secretas, que consideran a Adoniram, el misterioso constructor del templo de Salomón, padre mitológico de su linaje. Según la tradición, Adoniram desciende en compañía de Tubal-Caín al corazón de la tierra, donde la estirpe maldita de Caín había instalado sus fraguas, huyendo de la persecución implacable de Adonay, y escucha por boca de sus antepasados la revelación de su verdadero origen y la finalidad última de su destino: vengar la estirpe de Caín causando la ruina de Solimán y engendrando con la reina de Saba el linaje de los Hijos de la Viuda.