Dos historias de soledad. Dos historias de voluntad, de coraje y de ganas de vivir. Dos mujeres que lucharon por cambiar el mundo y por construir su propia historia.
Rosa Montero cuenta la historia de estas dos mujeres: Frida Kahlo y Mary Wollstonecraft.
«Durante siglo y medio consiguieron enterrarla en un conveniente estereotipo circular: era una loca, una desgraciada, una inmoral una feminista; las feministas eran inmorales, desgraciadas, locas.» Mary Wollstonecraft luchó por los derechos de las mujeres y vivió de su propia obra. Fue un gran ejemplo para las sufragistas y fue madre de otra gran mujer, Mary Shelley.
Frida Kahlo se pintaba a sí misma porque era el tema que mejor conocía. Una mujer abatida por la enfermedad. Una mujer que, tras un interminable sufrimiento, asistió en su propia cama a su última exposición. Frida dejó, como legado de su pensamiento, grabada en su última obra la frase «Viva la vida».