Hasta su muerte, acaecida en 1980, el autor de esta obra estaba considerado como el mejor hipnotizador médico del mundo. Su trabajo fructífero, y a menudo «milagroso», con clientes «imposibles» le sitúa en el origen de nuevas terapias tales como la PNL, la visualización-simbolización o las denominadas terapias estratégicas.
Su enfoque terapéutico, basado en el respeto por el paciente y en la interacción y la empatía con él, fue pionero en poner de relevancia el arte y la cualidad de la relación terapéutica, hasta entonces relegada a un segundo plano por las terapias analíticas ortodoxas.