Hexateuco es su primer libro de poesía publicado y constituye una respuesta a la tradición occidental que más profundamente alimenta nuestra cultura: el gran poema bíblico, leído como pura fuente de símbolos y motivos eternos, despojados del aura del credo para mostrar una vez más su esencia sublime: la danza de lo hermoso y lo terrible al borde del cielo o del abismo. Por él ha recibido el III Premio de Arte Joven de la Comunidad de Madrid (1999).