Aunque quede mucho por hacer para que una mujer pueda moverse por el mundo con los mismos derechos que un hombre, se ha recorrido ya un largo camino: a diferencia de los hombres, sus derechos no son inherentes a su condición de mujer, sino que han sido adquiridos gracias a una constante lucha. Cada pellizco de dignidad femenina ha sido conquistado por figuras determinantes, cuyos rostros no siempre han sido reconocidos. Este libro cuenta una historia tan larga como la de la humanidad y da voz a los miles de movimientos necesarios para llegar al estado actual.