"Hero y Leandro" conoció un inmenso éxito incluso desde antes de su publicación. Fue imitado y parodiado, y los poetas amorosos lo conocían de memoria, con alusiones a su mordaz voluptuosidad. Marlowe se propuso un reto formidable: tratar un mito muy conocido y difundido de manera distintiva y original. Para ello, transforma el tono elevado y triunfante del poema de Museo en un ambiente mucho más perturbador y ambivalente. Al tiempo que presta atención a la dimensión luctuosa de la historia, el texto marloviano no se refocila en ella, sino que desarrolla las relaciones personales de sus protagonistas, dejando sitio para lo cómico y lo propio de un romance juvenil, esto es, para los riesgos, las limitaciones y las decepciones del amor.