A finales del Siglo XII, Francisco de Asís emprende un viaje al cercano oriente con su compañero Fray Maseo. De regreso a Italia, cortos de recursos, se meten como polizones en un barco inglés. En medio de una tormenta son descubiertos, y cuando están prontos a fenecer por la fuerza de las aguas, Francisco ora con tanta fe, que logra aplacar a la naturaleza salvando a toda la tripulación. Este hecho impacta tanto al capitán, que decide llevarlo hasta Inglaterra, contra la voluntad del fraile, para que le ayude con sus milagros al rey Juan, recientemente excomulgado por el Papa Inocencio III. En tierras inglesas Francisco y su compañero vivirán una gran aventura.