ELLA CREÍA HABER CONOCIDO A UN DIOS...
Meg Mc Neill se resiste a creer en las supersticiones de sus abuelas. No cree que aquel hombre con el que compartió unas horas de amor salvaje en las oscuras rocas de Sgeir Carn fuera el dios marino del que hablan las leyendas escocesas. Pero no puede negar que, desde aquella noche, su vida ha cambiado totalmente. Ha heredado el título y la fortuna de su abuelo materno, y ha dejado de ser una sencilla muchacha para convertirse en la poderosa baronesa Lady Strathlin. Su mayor tesoro, sin embargo, es el pequeño Ian, la única prueba de que aquel lejano y fantástico encuentro ocurrió realmente. Cuando vuelve a encontrarse con Dougal Stewart, todo lo que posee, su isla, su título e incluso su hijo, corren peligro. Pero aunque ahora sabe que sólo es un hombre, sigue siendo incapaz de resistirse a su poder de seducción.
...Y ENCONTRÓ UN HOMBRE CON VOLUNTAD DE HIERRO
Dougal Stewart siempre creyó que la hermosa mujer que salvó su vida tras un naufragio y que le entregó su cuerpo entre las rocas había sido una fantasía o, incluso, una sirena de leyenda. Cuando conoce a Meg, su salvadora, y descubre que la obsesión que le ha quitado el sueño durante años es una mujer muy real, decide hacerla suya cueste lo que cueste. Para conquistarla hace uso de la misma determinación que muestra a la hora de realizar su trabajo, la construcción de un faro en aquella remota isla. Pero ambas tareas resultan titánicas: Meg oculta algún secreto, y el constructor del faro se enfrenta a la oposición de la terca baronesa dueña del lugar.