La vida de Michaux osciló entre una encendida búsqueda de la alteridad y la exploración de los universos interiores.
En palabras de Octavio Paz, para Michaux la pintura ha sido un viaje al interior de sí mismo, un descenso espiritual. Una prueba, una pasión. También un testimonio lúcido del vértigo: durante la caída interminable mantuvo los ojos abiertos y pudo descifrar, en las manchas verdes y negras de las paredes del pozo, las escrituras del miedo, el terror, la rabia. Por eso, aunque Icebergs destaca por un exhaustivo análisis de la obra plástica de Michaux -muy influida por Chirico, Klee y Ernst-, también incluye numerosos documentos, libros, cartas y manuscritos fundamentales para comprender la íntima trabazón de su vida y su obra.
El volumen se completa con ensayos de Juan Manuel Bonet, Octavio Paz, Jorge Camacho, Eduardo Arroyo y Andrés Sánchez Robayna.