He venido engañada: ?Susana Santelmo ?joven aún, distinguida, de rubios cabellos y ojos azules de expresión bondadosa? se volvió hacia sus hijas con ansiedad.
?No debes de apoyar a tu hermana, Inés ?susurró?. Isabel es lo bastante decidida y aventurera de por sí, sin necesidad de que tú la animes.
?Pero, mamá...
?Tengo que pensarlo, Isabel. Ya sé que estás bien preparada. Eres culta, inteligente y tengo plena confianza en ti; además, estás habituada a enfrentarte con arduos problemas, pero sola hasta Nueva York me parece exagerar demasiado la nota.
?Tengo que ir a hacerme cargo de esa fortuna.
?Y nos hace buena falta, mamá ?insistió Inés, la hermana mayor.
Susana se agitó en la orejera.?