"Las hazañas de un joven Don Juan" fue escrita por Apollinaire entre 1910 y 1913, es decir, en la misma época que "Las once mil vergas". Se trata de un texto radicalmente pornográfico, con toda probabilidad escrito por encargo y para subsistir.
En El Castillo, escenario donde se desenvuelven las infinitas posibilidades de satisfacción del ardor de Roger el bello y precoz protagonista de esta obra, Apollinaire desarrolla toda su desenfrenada imaginación erótica, al servicio de un único propósito: exponer al lector, como si de un pequeño fresco orgiástico se tratara, sensaciones, deseos, perversiones, etc.
El erotismo de "Las hazañas de un joven Don Juan", con su atmósfera de carnal efervescencia, forma parte de toda una tradición, la del género pornográfico abordado por autores literariamente consagrados.