Estamos ante una especie de bestiario de nombres sin ningún criterio, como dice su propio autor, o mejor dicho, con el criterio de haber recopilado una serie de nombres vetustos, remotos, arcaicos, modernos, contemporáneos..., atendiendo a un simple orden alfabético, sin más. Seguramente, algún lector echará en falta más de un nombre, y es que son muchos. En cualquier caso, el que quiera ver un estudio onomatológico está equivocado; el que quiera ver "Sopa de ganso" es una persona con criterio.