Esta es su primera novela. Arguye para escribirla una retahíla de motivos variopintos: la facultad mágica de crear personajes, paisajes, ideas o emociones enlazando palabras; como terapia para exorcizar complejos y frustraciones; por puro divertimento o porque algo tendré que decir, dice.
¿Qué tienen en común un político, una cooperante, un ganadero, una ejecutiva, un empresario, un ama de casa, un profesor y un alguacil? Haber nacido en el mismo año y localidad, y, a consecuencia de ello, haber pertenecido a la misma peña de amigos. ¿Algo más? ¡Atrévete a descubrirlo!
Verano de 2011. Un grupo de amigos cuarentones se reencuentra en su pueblo natal para asistir al funeral de un miembro de la cuadrilla. Durante tres días de convivencia en el pueblo, los ocho personajes, dotados con voz propia, rememoran los viejos tiempos y reflexionan acerca de los anhelos, contradicciones, incertidumbres y decepciones del presente.
El autor ha intentado con humor y un poco de mala leche plasmar en esta novela coral un bosquejo de la diversidad de recorridos vitales de los humanos y de sus ambiguas relaciones.