El conjunto de la obra tiene un doble hilo conductor que le da sentido y unidad: la experiencia de comunidad y el compromiso con los marginados contra la marginación.
Es evidente que ni las estructuras del Estado ni la organización eclesiástica jerarquizada fomentan un proyecto de vida comunitaria. Pero en ese clima adverso hay que reconstruir el tejido socio-comunitario ?cristiano, en nuestro caso?. Este ideal queda plasmado en el título general de la obra: «Hacia la comunidad».
El compromiso con los marginados contra la marginación constituye hoy uno de los lugares mayores de la fe y de la reflexión teológica, al tiempo que un imperativo ético irrenunciable. A partir de aquí está renaciendoo una nueva manera de ser personas abiertas a un «nosotros» plural social y culturalmente hablando y de hacer teología históricamente situada 'en' y 'desde' (no 'de') la marginación. A esta intención responde el título de esta primera entrega: «La marginación, lugar social de los cristianos».