Europa se enfrenta a la crisis económica más larga de su historia y ante la dinámica migratoria y de refugiados más prolongada que ha visto nunca. Es también la primera vez, con el brexit, que un país abandona el proyecto europeo. Podríamos seguir con la lista de las crisis a las que se enfrenta la UE: atentados terroristas, paro juvenil de más del 40% en la Europa mediterránea, la crisis griega... La sensación es que nos hallamos frente a situaciones inéditas, ante las que no existe precedente, ni guía para superarlas. Aun así, las respuestas son necesarias y urgentes. No podemos resignarnos: si estamos ante una crisis sin precedentes, las respuestas también tienen que serlo. Ante la situación actual, la UE, sus estados miembros y los pueblos europeos deben elevar el nivel de su ambición y dar prueba, ahora más que nunca, de creatividad y de determinación.